Esta posición relativa es un logro importante para Paraguay, ya que el resto de los países de la región presentan índices mucho más alarmantes, con tasas que van desde 11 hasta 40 homicidios por cada 100.000 habitantes. Si bien el ministro reconoce que Paraguay "no está bien como quisiéramos", también afirma que "tampoco estamos tan mal" en comparación con la percepción general.
Uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta el país es el problema de los asaltos callejeros, especialmente en Asunción y sus alrededores. González señala que el 80% de estos delitos son cometidos por jóvenes que han pasado por el sistema penitenciario y recaen en el círculo delictivo, a menudo por problemas de adicción a las drogas.
Para abordar esta situación, el ministro enfatiza la necesidad de una mayor interacción entre todos los sectores de la sociedad, especialmente los padres, con el fin de prevenir que los jóvenes caigan en las redes de las drogas y la delincuencia.
Recientemente, el ministro González se reunió con Enrique Riera, el próximo ministro del Interior designado por el presidente electo Santiago Peña. En este encuentro, ambos intercambiaron ideas y abordaron las realidades concretas que enfrentan, como el hecho de que el 90% de los delitos en la región central y Asunción son cometidos por personas entre 14 y 25 años, la mayoría de ellas drogadictas y con antecedentes penales.
Si bien el presupuesto anual del Ministerio del Interior es relativamente limitado, con un 44% destinado al pago de salarios, el ministro González destaca la importancia de seguir trabajando de manera intensa y coordinada para responder a las demandas de seguridad de la ciudadanía. Estas reuniones con el futuro ministro marcan el inicio de un proceso de diálogo y colaboración, con el objetivo de abordar los desafíos de seguridad que enfrenta Paraguay y continuar avanzando en la mejora de la situación.