De acuerdo con las investigaciones, los sospechosos actuaban en la "importación, transporte y remesa de armas de fuego y accesorios" que eran comprados en Paraguay y posteriormente distribuidos en varios estados brasileños, según señaló la Policía en un comunicado.
Las autoridades destacaron que entre los accesorios comercializados por los investigados figuran pistolas de juguete utilizadas para la práctica deportiva de airsoft, pero que fueron convertidas en "armas reales" transformándose en "una suerte de metralleta".
"La importación de ese accesorio era realizada de forma ilegal, sin los certificados necesarios y vendidos en plataformas virtuales sin notas fiscales", completó.
Los investigados serán acusados ante la Justicia brasileña de los delitos de tráfico internacional de armas, asociación para delinquir, falsedad ideológica y lavado de dinero.
La operación se produce en momentos en que Brasil vive una expresiva ascensión en el registro de armas de fuego, en línea con la flexibilización en las reglas de posesión de las mismas llevadas a cabo por el presidente del país, Jair Bolsonaro.
Desde que asumió el poder el 1 de enero de 2019, Bolsonaro, líder de la ultraderecha y quien asume una postura abiertamente armamentista, editó diversas medidas que visan facilitar la obtención y el registro de armas de fuego por civiles.
Según un informe divulgado por la Policía Federal, la venta de armas de fuego se triplicó en los seis primeros meses del año en comparación con el primer semestre de 2019.
Entre enero y junio fueron contabilizados 73.985 nuevos registros frente a los 24.663 del mismo periodo del año pasado, mientras que, en todo el año de 2019, fueron registradas 82.663 nuevas armas.
Asimismo, según el informe de la Policía, de las 73.985 armas comercializadas entre enero y junio, alrededor de un 62% fueron compradas por ciudadanos civiles.
