Por otro lado, podemos hablar de una herramienta muy útil que va mucho más allá del mero entretenimiento. Lo cierto es que la diversidad de videojuegos existentes y la variadas formas de juego que hay, permiten el uso de estos productos para el aprendizaje, entrenamiento, socialización o, incluso, el tratamiento de algunas dolencias.
Actualmente, está creciendo de forma significativa el número de personas de la tercera edad que deciden coger los mandos de una consola y ponerse a disfrutar de los múltiples beneficios que esta les ofrece.
La evolución y mejora constante de los videojuegos ha llevado a la aparición de la figura del gamer profesional que se dedica a ello a tiempo completo. Como cualquier deportista, el gamer está obligado a realizar un duro entrenamiento para alcanzar el nivel exigido en la competición.
Sin embargo, no solo los profesionales se entrenan a los mandos de una videoconsola o frente al teclado de un ordenador, los ancianos se benefician de las ventajas que esta actividad tiene para sus habilidades motoras.
El uso continuado de videoconsolas permite mejorar de una modo evidente la coordinación entre la habilidad manual y la recepción visual. Se consigue un entrenamiento que favorece el mantenimiento para personas de cualquier edad, la mejora de las habilidades en aquellos que entrenan con más asiduidad, y la recuperación de otros que cuenten con alguna dolencia en este sistema en particular.
Al mismo tiempo, en función del juego escogido para el entrenamiento, las personas mayores también pueden conseguir una mejora notable de la capacidad para realizar multitareas y un incremento de la memoria.
El beneficio para las capacidades físicas y cognitivas está más que demostrado y solo hay que introducir en este sistema a las personas que lo necesiten. Cuando inician el entrenamiento por prescripción de un profesional, descubren que es una actividad muy divertida y, con ello, amplían el campo de beneficios obtenidos.
¿Receta contra la soledad y el aburrimiento?
Aunque puedan iniciar la actividad con una actitud recelosa por los prejuicios acumulados contra los videojuegos en personas ahora ancianas, lo cierto es que, una vez iniciado el proceso, son pocos los que se resisten a admitir que la diversión y el entretenimiento son dos de los principales beneficios que les aporta este sistema.
La posibilidad de compartir el juego con otras personas y de jugar online con cualquiera en todos los lugares del mundo y con jugadores de todas las edades es una ventaja añadida. Los ancianos se sienten más cerca de otras generaciones y mucho más acompañados lo cual repercute directamente en su bienestar emocional.
Las ventajas son notables y muy numerosas siendo las físicas y cognitivas visibles a medio y largo plazo mientras que las emocionales y anímicas se dejan notar desde la primera sesión.
