La política exterior del Paraguay fue acariciada por la esperanza de que este país vuelva a ser un pueblo digno de los grandes hombres que hicieron su historia por estas fechas. La sujeción a un confinamiento dependiente se quebró esta semana con las denuncias de Acevedo, quien dejó al descubierto las pretensiones imperiales de una nominal república como Brasil, a la que siglo y medio atrás el pensador Juan Bautista Alberdi calificó como una monarquía europea reinante en América.
Euclides Acevedo, Canciller paraguayo, denunció las inicuas pretensiones del Brasil a propósito de la hidroeléctrica de Itaipú Binacional. Oponiendo condiciones Leoninas, Brasil busca obstaculizar la revisión del acuerdo entre la Administración Nacional de Electricidad (Ande) y el grupo energético brasileño Centrais Elétricas Brasileiras SA (Eletrobras), exigiendo reducir los beneficios del Paraguay bajando tarifas.
Advirtió Euclides que el estado paraguayo protegerá sus agencias de energía y que la soberanía no será entregada a capital privado alguno, mucho menos a pescadores en Río revuelto. Señaló Acevedo la importancia de seguir invirtiendo en redes soberanas de transmisión, de tal suerte que su trazado impulse la industrialización del Paraguay, deja vú de lo que Scalabrini llamara "telaraña de hierro" al describir el direccionamiento de las vías ferroviarias que construyeron los capitales británicos en Argentina.
Fuente: diariosigloxxi.com