De manera contundente el gobernador acusó de encubridores, vendidos e inútiles a la SENAD, y a la Policía Nacional y se refirió directamente a Carlos López Ruso, director de Policía del Amambay y a Hugo Díaz, jefe de investigaciones.
Al respecto dijo “Hugo Díaz sabemos lo que hizo, detalle por detalle” inclusive refirió que las altas autoridades protegieron a los asesinos, que saben dónde están y no les “agarran porque no quieren”
“El Estado paraguayo nos da las espaldas (…) todavía muchas familias van a quedar enlutadas porque aquí se les protege a los criminales que después financian campañas políticas”
Se refirió igualmente a las Fuerzas Armadas, que según sus expresiones proveyeron las armas que asesinaron a su hija y sus amigas todas estudiantes de medicina, aludiendo a los proyectiles de DIMABEL que fueron retirados del cuerpo de las víctimas.
Por su parte la Carolina Yunis, madre de Haylee fue contundente al admitir que siente odio hacia los asesinos y que espera que sufran al morir, que se multiplique en ellos el dolor que les ocasionaron.
Dijo además que tienen información que los responsables que están libres, se encuentran en la zona de Capitán Bado, “espero que la muerte que les espera sea dolorosa”, “espero que no me encuentren, porque si en el infierno les encuentro ahí les voy a hacer pagar, por lo que le hicieron a mi hija”.
Expresiones claramente marcadas por el dolor de una madre que perdió de manera violenta a su hija Haylee, de 22 años estudiante de medicina y que siente la impotencia convertida en odio por la falta de apoyo y respuestas de los sectores de seguridad.
Tanto el gobernador como su esposa, en los días posteriores al crimen refirieron que su hija y sus amigas fueron otras víctimas inocentes de criminales que desde hace años se instalaron en Pedro Juan.
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