El encuentro, que se llevó a cabo sin la presencia de la Policía ni de una ambulancia, pasó por alto una de las normativas esenciales establecidas por la Federación Paraguaya de Fútbol de Salón. Este incumplimiento de las reglas generó gran preocupación entre jugadores y dirigentes de la Federación tricolor, quienes se sintieron desprotegidos y vulnerables durante el desarrollo del partido.
El presidente de la Federación de Fútbol de Salón del Amambay, Lic. Blas Zaracho, fue contundente en su declaración, afirmando que "nos robaron alevosamente en Yby Yaú" y subrayando que el equipo había iniciado el segundo tiempo con una ventaja de 2-0, pero terminó perdiendo, lo que dejó al equipo y a sus seguidores profundamente frustrados. Además, manifestó que en el transcurso del partido, dos jugadores de su equipo fueron expulsados, lo que contribuyó a la alteración del juego.
La situación culminó en un violento enfrentamiento al final del partido, que se transformó en una batalla campal, donde los jugadores, directivos y técnicos del equipo de Amambay fueron agredidos por una parte del público. La ausencia de seguridad, ya que no había policía en el estadio, exacerbó la situación y dejó a todos los involucrados en una situación de riesgo.
Este episodio no solo resalta la importancia de la profesionalidad y del cumplimiento de las regulaciones en el fútbol de salón, sino que también pone de relieve la necesidad de abordar la violencia en el deporte. La Federación Paraguaya de Fútbol de Salón enfrenta ahora un desafío importante para investigar estas denuncias y garantizar que todos los partidos futuros se lleven a cabo en condiciones adecuadas y seguras para los jugadores y aficionados.
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