Cantero fundamenta su minuta en la supuesta ausencia injustificada de sus colegas, quienes, según él, se encontraban en Asunción para asistir a un evento en apoyo al presidente del Partido Honor Colorado, Horacio Cartes. Esta situación no solo subraya las diferencias partidarias existentes, sino que también plantea interrogantes sobre las obligaciones y responsabilidades de los concejales electos.
Las reacciones de Castellano y Winkler no se hicieron esperar. Castellano, en un tono vehemente, defendió su derecho a recibir la dieta mensual de más de 20 millones de guaraníes, argumentando que su remuneración no está sujeta a la asistencia a sesiones específicas. En su defensa, acusó a Cantero de realizar un ataque político, descalificando sus afirmaciones y tratando de deslegitimar sus acciones. Por su parte, Winkler optó por un enfoque más mesurado, aunque igualmente firme, reivindicando su compromiso con el servicio a la ciudadanía y desmintiendo las acusaciones de Cantero.
Este episodio ilustra no solo la intrincada dinámica de la política municipal, sino también la relevancia de la transparencia y la responsabilidad en el ejercicio del poder. Las divergencias entre los concejales revelan la polarización existente en el contexto político del país, donde las lealtades partidarias pueden entorpecer el trabajo conjunto en beneficio del bienestar común. La cuestión que plantean estas discusiones es, en esencia, un llamado a la reflexión sobre el papel de los representantes electos y su responsabilidad hacia las comunidades que representan.
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@danifiguesti