De inmediato, dieron aviso a la policía y al Cuerpo de Bomberos Voluntarios “amarillo”. Los familiares precisaron que Víctor padecía de alzheimer y de hipertensión arterial. Contaron que solía salir a caminar y presumen que mientras caminaba pudo sentirse mal y terminó ahogado.
Sin embargo, no se tiene certeza si el anciano se arrojó voluntariamente o cayó accidentalmente al agua, que tiene un poco más de 1 metro de profundidad y que por alguna razón ya no pudo levantarse. Realizados los trámites de rigor, el cuerpo sin vida del octogenario fue entregado a sus familiares para el sepelio correspondiente.
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Una persona con la enfermedad sufre de deterioro de la memoria, como por ejemplo, dificultad para recordar eventos; dificultad para concentrarse, planificar o resolver problemas; problemas para completar tareas diarias en el hogar o en el trabajo.
También presenta confusión con respecto a los lugares o el paso del tiempo; dificultades visuales o de espacio, como por ejemplo, no comprender distancias al conducir, perderse o poner cosas en lugares equivocados; problemas de lenguaje, como por ejemplo, problemas para encontrar palabras o vocabulario reducido al hablar o escribir.
El enfermo tiene mal juicio al tomar decisiones; tiende a retraerse de eventos laborales o compromisos sociales y experimenta cambios de humor, como depresión u otros cambios en el comportamiento y la personalidad.