Sabemos que muchas veces la justicia llega, pero llega tarde, tal vez por ser “ciega” y no sabe por dónde anda hasta que encuentra el camino, aunque muchas veces se pierde y acaban pagando justo por pecadores. En el caso del recordado ingeniero agrónomo Miguel Ángel Benítez Ruíz Díaz, llegó, pero llegó tarde.
El Ing. Agr. Miguel Benítez Ruiz Díaz, encargado de alimentar los cajeros electrónicos del Banco Nacional de Fomento, entidad a la que prestaba servicios desde hacía ya varios años de manera intachable, fue víctima en el año 2015 de las malas intenciones del entonces gerente Luís Ricardo Ramoa Acosta, quien aprovechándose de su buena voluntad, lo indujo a hacer uso en concepto de préstamo de una fuerte suma de dinero, con la excusa de que no tuvo tiempo de cerrar su informe de caja y que en la brevedad de tiempo iría a regularizar la situación y volver a la normalidad.
Tal cosa no ocurrió, y tanto el gerente Luís Ricardo Ramoa como el ingeniero Miguel Benítez fueron acusados y procesados por desvío de fondos, acusación esta, de la cual el Ingeniero afirmó desde un principio ser inocente y sorprendido en su buena fe hasta el día de su fallecimiento durante la pandemia, antes inclusive había caído en un estado depresivo. Hasta ese fatídico día, Miguel Benítez Ruíz Díaz siguió prestando servicio en el BNF.
El lunes 26, el Tribunal de Sentencia condenó a 2 años con suspensión de pena impartida a Luís Ricardo Ramoa Acosta, que a pesar de haber llegado tarde porque el encausado ya no está, al menos trajo tranquilidad y paz a sus familiares debido a que dicho fallo reivindicó su buen nombre, según expresó el Lic. Martín Benítez Ruiz Díaz, hermano del procesado.
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