Según Eduardo González, abogado y apoderado de la ANR, lo hecho por la senadora por el Frente Guasu es grave y se expone a la pérdida de investidura por tráfico de influencias.
Lo cierto es que Villamayor intercedió ante el Consejo Nacional de Defensa (Conaderna) para que se permitiera volver a ingresar al territorio nacional al hijo de la senadora, y, para el apoderado colorado “este hecho se enmarca dentro de lo que se considera tráfico de influencias, porque si no se tratase del hijo de una congresista, quizás no se habría actuado de la misma manera con él”.
“Esto no corresponde, por más que sea su hijo no está bien, están los protocolos sobre cómo actuar en un caso de estas características”, expresó, y adelantó que podría llegarse a su pérdida de investidura.
Este hecho ocurre pocas semanas después de que el Frente Guasu, cuya bancada del Senado es liderada por Esperanza Martínez, emitiera un comunicado exigiendo el juicio político de la fiscal general del Estado, Sandra Quiñónez, por haber traficado influencias al enviar a hacer cuarentena en su domicilio a un conocido empresario.
Esto pone en evidencia que un sector de nuestra clase política actúa de acuerdo a su conveniencia ante cualquier situación, sin pensar siquiera cómo procedería en el caso de que le ocurriera lo mismo. La incoherencia de Esperanza Martínez queda en evidencia ante estos dos hechos, muy cercanos en el tiempo y en el mecanismo que habría sido utilizado.
