Alderete expresó ayer a ABC que la unión entre Colorado Añetete y Honor Colorado en el denominado movimiento Concordia Colorada, no significa imposición de candidaturas para las municipales del 20 de junio de 2021, ni “clausurar el debate y la competencia” en la ANR.

El político, quien fue director de Itaipú en este gobierno, dijo que en el Partido Colorado no todos pueden pensar igual. Expresó que la unidad es en el disenso y el respeto en la diversidad.

“Lo que queremos es pacificar y trabajar por el país, que está pasando por la pandemia, con problemas económicos y sociales. Sabemos que si nosotros entramos en unas internas como en épocas pasadas, eso impactará fuertemente en el país”, manifestó Alderete.

Sus palabras fueron ante la consulta acerca de las voces disidentes en la ANR, como las de los senadores colorados Enrique Riera, Lilian Samaniego, Juan Afara y Derlis Osorio, quienes manifestaron sus críticas a “Operación Cicatriz”.

También el presidente del Congreso, senador Óscar Salomón (ANR, Añetete), refirió que desconocía el pacto acordado entre el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y el exmandatario Horacio Cartes, líderes de Colorado Añetete y Honor Colorado (HC), respectivamente.

Alderete comentó que las disputas en la ANR traen intranquilidad al país y que ello va en contra de la reactivación de la economía.

Agregó que Concordia Colorada significa “construcción de consenso”. Indicó que en caso de que no existan acuerdos para designar candidatos para las intendencias, “hay reglas claras”. Indicó que si no hay consenso, los postulantes no utilizarán la chapa de Añetete y HC, sino la de movimientos locales o regionales. Si hay unidad usarán “Concordia”.

“No habrá persecución”

Alderete aseguró que “Cicatriz” se inició en diciembre del 2019 en busca de que nunca más ocurran persecuciones entre colorados por pensar diferente.

Indicó que tampoco buscan mirar el retrovisor, que las heridas deben sanar en el Partido Colorado. Señaló que aplaude la “madurez” de la dirigencia colorada.

Fuente: La Nación 

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