Nacionales: Caacupé: la Constitución Nacional debe respetarse y aplicarse, no son letras muertas
05/12/2021 / Nacionales / Visitas: 10808
Asunción, Agencia IP.- El monseñor Claudio Giménez, obispo emérito de Caacupé, manifestó que la Constitución Nacional debe respetarse y aplicarse, alegando que no es un libro de letras muertas. Así también instó a fomentar más empleos en las comunidades y de ese modo, reducir los cinturones de pobreza.

El tema desarrollado en la Basílica de Caacupé este sábado en el marco del séptimo día de novenario por el monseñor Claudio Giménez fue “Los laicos: hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, hombres del mundo en el corazón de la iglesia”.

En la oportunidad, manifestó que para construir un país mejor deben existir elementos muy importantes, como justicia, la honestidad y el espíritu del trabajo. “Debemos ser los primeros en ser justos, honestos y en amar el trabajo para poder exigirle a los demás”, expresó.

Para el efecto, también debe imperar la verdad y la vida, no así la mentira y la muerte. Sobre el punto, arremetió contra quienes lastiman a niños inocentes e indefensos, especialmente aquellos que se dan en el seno materno.

En esa misma línea, el religioso lamentó la gran cantidad de muertes por sicariato, la violencia, los asaltos, la drogadicción y los secuestros, flagelos que golpean al Paraguay.

También habló acerca de las ocupaciones y desalojos, que según dijo, traen muchos dolores de cabeza y ante todo, intranquilidad en la sociedad.

“Paraguay quiere paz, todos necesitamos vivir en paz. La Constitución Nacional debe respetarse y aplicarse, porque no es un libro de letras muertas y los que deben aplicarlos, son específicamente los laicos que están en esos lugares concretos”, mencionó.

En otra parte, señaló la necesidad de fomentar más fuentes de trabajos en las comunidades para que la gente no se vea obligada a migrar a otras ciudades, situación que contribuye al aumento de los cinturones de pobreza.

“Uno tiene miedo de la inseguridad y que se da muchas veces por la falta de trabajo en la propia comunidad y ciudad donde vivimos”, subrayó el obispo emérito de Caacupé.

Igualmente apeló a una educación de calidad para que los niños, niñas y jóvenes puedan forjar un futuro mejor. “Debemos darles esa vida que necesitan y esa conducción clara que requiere la educación”, enfatizó.

Al respecto, llamó a los jóvenes a aprovechar las becas que ofrecen las instituciones estatales. Así también instó a inculcar a los niños y niñas desde pequeños todo lo relacionado a sus derechos y obligaciones.

Finalmente hizo una mea culpa, «que nada en la vida debe andar suelto sin conectarse con Dios, caso contrario nuestro trabajo será malo si es que Dios no está entre nosotros, en nuestros corazones y en nuestras vidas».


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